MATRI(HISPANI)X – Nº 5

El motivo de que iniciáramos esta sección de MATRI(HISPANI)X no es únicamente el poner en evidencia la falta de rigurosidad de la que nuestros políticos y nuestros medios hacen gala cuando analizan la realidad. Hay una consecuencia importante de ello que se refiere a la incapacidad asociada a dicha falta de rigurosidad para definir planes realistas y para valorar correctamente determinadas decisiones y medidas de política económica. Hoy, vamos a ver dos ejemplos.






El primero, se refiere al Plan de Reactivación del Empleo presentado por el líder de la oposición y Secretario General del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, el pasado 5 de mayo de 2013 (http://www.nuevatribuna.es/media/nuevatribuna/files/2013/05/05/ebf5846ab0f5b6b831cb0e05a3ebd048.pdf). El mencionado Plan propone, entre otras, una serie de medidas consistentes en crear un Fondo Público de 20.000 millones de euros para la financiación de las empresas,  fomento del autoempleo y la iniciativa emprendedora y para la internacionalización de las empresas, desarrollar un programa de reestructuración de la deuda hipotecaria para la primera vivienda de las familias y un Programa Extraordinario de Mantenimiento del Empleo, consistente una moratoria de los despidos por causas económicas durante, 2013, 2014 y 2015. Por este último Plan, a las empresas en dificultades que se comprometiesen a no despedir a sus trabajadores y optaran por reducir la jornada laboral, se aportarían fondos públicos de forma que el trabajador que mantuviese su puesto de trabajo vería reducido su sueldo en la parte que se redujese la jornada y, en relación el resto de su salario, su coste quedaría repartido a partes iguales entre el Estado y la empresa (el Estado asumiría el 60% para el caso de trabajadores mayores de 50 años). La cuestión, evidentemente, es cómo financiar todas estas medidas y, entonces, se proponen dos medidas distintas. Por un lado, desde el punto de vista fiscal, se propone una reforma fiscal (aunque no se indica expresamente, lo que se plantea es una subida de impuestos) y luchar contra el fraude (no se dice cómo se va a hacer, sólo se dice que aumentarán los recursos destinados a la lucha contra el fraude y la evasión fiscal y que se creará una Oficina integral de lucha contra el fraude). Por otro (y aquí está el motivo de que este Plan aparezca en este sección), se plantea el disponer de recursos que “procedan de la línea de crédito abierta en el MEDE” (Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera: http://eldedoeneldato.blogspot.com.es/2012/06/la-insoportable-levedad-de-los.html), “por importe de 100.000 millones de euros, de la que quedan disponibles 60.000 millones de euros” (el cálculo era disponer de 30.000 millones de euros). Es ya curioso que estando Alfredo Pérez Rubalcaba, hace once meses, más o menos crítico con el rescate (http://www.elplural.com/2012/06/10/rubalcaba-no-estamos-seguros-de-que-no-haya-condicionantes-economicas-y-fiscales/), ahora proponga la línea de crédito asociada a dicho rescate como medio para mejorar las cifras de empleo, pero lo verdaderamente lamentable es que, menos de 24 horas después de la presentación del Plan, la Comisión Europea se mostrara tajante frente al mismo: el dinero del rescate no puede usarse para el Plan de empleo propuesto por el PSOE. La respuesta de Alfredo Pérez Rubalcaba a la Comisión fue que “no conteste sin pensar” y que “escuche lo que proponen los socialistas porque es tiempo para la humildad”. Mi opinión es que también es tiempo de no hacer brindis al sol y proponer medidas que se sepa que se pueden llevar a la práctica y no plantear planes sobre los que nadie se ha asegurado mínimamente que puedan ser ejecutados. Pero así están las cosas.







El segundo tema que vamos a tratar en la sección es una noticia de Voz Populi, publicada el pasado 6 de mayo de 2013: http://vozpopuli.com/economia-y-finanzas/24905-bankia-ncg-y-cx-sacan-los-colores-al-plan-de-la-sareb-preven-vender-el-doble-de-casas. Según la misma, Bankia, Novacaixagalicia y Catalunya Caixa estarían sacando los colores al plan de negocio de la SAREB (es decir, el llamado “banco malo”). Mientras que la SAREB carezca de la estructura necesaria, serán las entidades que han traspasado activos a la misma las que se encargan de comercializar los inmuebles traspasados. Según la noticia, aunque la SAREB prevé en el actual ejercicio la venta de unos 7.500 inmuebles, “el nivel de transacciones podría estar cerca de duplicarse si se mantiene el ritmo de venta de viviendas en estas tres entidades nacionalizadas”. Una fuente del periodista afirma que “la SAREB podría deshacerse de un mayor volumen de pisos en estos tres años si aplicara en las ventas los mismos descuentos a los que adquirió estos activos a las entidades nacionalizadas”. ¿De dónde proviene esa fuente? Pues DEL SECTOR INMOBILIARIO. ¡¡Acabáramos!!. Por supuesto, alguien que proviene del sector inmobiliario, con su habitual mentalidad cortoplacista y con una despreocupación casi sistemática por el interés general, lo que desea es que aumenten las ventas (y las correspondientes comisiones) sin que llegue a plantearse cuál es la filosofía de fondo de la SAREB (y el periodista tendría que haber advertido ese hecho y no haber redactado la noticia sin recoger, antes, otro punto de vista). Porque si la SAREB (con una participación pública próxima a la mitad) vende los pisos al mismo precio que los ha comprado, no obtendrá rentabilidad alguna por la transacción. Y la idea es que el dinero aportado en última instancia por los contribuyentes consiga algún beneficio por los recursos aportados en una operación (la del “banco malo”) que conlleva sus riesgos.

Pero es que, además, tampoco se trata de malbaratar los inmuebles y venderlos en un corto período de tiempo. Para ESTABILIZAR (repito, ESTABILIZAR) el mercado de la vivienda, es necesario evitar que se desplomen los precios para que la construcción se reanime y, cuando se produzca la recuperación, ir vendiendo los inmuebles para evitar que los precios se vuelvan a disparar como sucedió en la anterior burbuja. En una comparación que hemos realizado alguna vez, la SAREB sigue el mismo esquema que cuando, como medida de política agrícola, un ente regulador adquiere excedentes de un determinado producto (leche, vino, aceite…) para evitar que se derrumben los precios. Lo que no hace ese ente regulador es vender inmediatamente esos excedentes para librarse de ellos sino que va dosificando las ventas para impedir que los precios aumenten excesivamente. Eso es lo mismo que debe hacer la SAREB y quien escriba sobre ello tiene que tenerlo mínimamente claro.

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